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martes, 10 de enero de 2012

Carta Abierta

C. Lic. Felipe de Jesús Calderón Hinojosa
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos

Me atrevo a dirigir la presente para exponer:

En las últimas giras que ha llevado a cabo en el interior del país, ha dejado usted un mensaje esperanzador y de lucha a los mexicanos, sin embargo es mi deber de conciencia exponer mis diferencias al respecto.

Sé que ha solicitado a los mexicanos que nos manifestemos en contra de quienes crean la violencia y no de quienes la combaten, aludiendo a las fuerzas armadas que mantienen continuos enfrentamientos, causando bajas a ambos bandos, y aunque combatir la delincuencia es un fin que se debe continuar y perfeccionar no estoy de acuerdo en la metodología usada y he de decir porqué.

Es completamente ocioso e inútil el combatir una actividad ilícita mediante las armas, sin antes entablar una estrategia directa y contundente a la verdadera raíz del problema; el consumo.

La juventud en México sufre de este problema debido al constante bombardeo de los medios y a la imagen negativa que los principales íconos que figuran como ejemplos a la juventud les dejan. Es intolerablemente común el conocer de los escándalos que las figuras públicas protagonizan en torno a drogas, sexo y excesos de cualquier tipo, presentando a los jóvenes, ideales bizarros a los cuales secundar.

Y no hablo solamente de personajes que vemos en cine o televisión, también el escandaloso proceder de los funcionarios públicos que impunemente gozan de cualquier exceso, animando a la juventud a imitar dichas actitudes, pues ven en estos funcionarios la imagen de gente exitosa, que sirve de ejemplo para guiar sus pasos.

Como puede darse cuenta, no somos la mayoría quienes ponemos el ejemplo ni quienes consumimos las drogas que ofrece el mercado ilícito. Puesto que los jóvenes con mayores oportunidades son quienes consumen más drogas y más caras. Un joven en situación de calle no tiene acceso al consumo de estupefacientes de laboratorio, cuando mucho tendrá para adquirir un poco de solvente, o cuando incurre a prácticas delictivas a marihuana.

Los jóvenes encumbrados en cambio, pueden y adquieren drogas que gracias al actual combate que se hace de esta práctica se vuelven más caras, haciendo que la demanda aumente, aumentan también el número de laboratorios y de vendedores, aún cuando las fuerzas armadas hacen lo posible por establecer un cerco y frenar la operación de estas bandas organizadas.

Por tanto, se hace imperativo el resolver con la misma contundencia o inclusive con mayor fuerza, el tema del consumo, apoyándose también de las relaciones internacionales, pues si el país vecino es el que más droga consume en el mundo, no es difícil imaginar que es este el que tiene la mejor manera de frenar esta violencia que día a día mina nuestra sociedad.

Pero si bien es cierto que se debe combatir el consumo que está provocando la disminución de las capacidades de la juventud, la prevención directa hace también mella en las redes de tráfico de estupefacientes.

La prevención es algo que a mi parecer no se está llevando a cabo sencillamente por las decisiones que los diferentes ámbitos del gobierno han llevado a cabo sobre todo en los últimos 10 años.

1. El campo

La mayor parte del territorio nacional es altamente aprovechable en torno a recursos naturales de todo tipo, sin embargo, el agro mexicano sufre disminución de su producción anual y temporal, lo que deriva en la disminución de la capacidad de pago y de consumo de los campesinos que tienen que buscar otros medios para subsistir, pues visto está que en su tierra no lograrán concretar sus metas de ingreso mínimo.

Ante este panorama los campesinos tienen tres opciones. La primera y que sería la mejor en todo caso, sería adherirse a los programas ofrecidos por el gobierno para hacerse del capital necesario y poder adquirir maquinaria y materia prima y hacer producir su tierra.

Desgraciadamente el acaparamiento de los programas institucionales hace de esta opción algo casi inalcanzable para la mayoría de productores que debe buscar una segunda opción.

Los productores que tienen suficientes garantías, tienen acceso a que el sistema bancario les otorgue créditos que vendrían a mitigar en parte la necesidad de este capital de inversión, pero las condiciones externas ocasionan volatilidad en las tasas de interés que hacen inviable esta opción.

Ante este panorama, los productores tienen que tomar una difícil decisión: Si quieren permanecer en México, deberán de sembrar algún producto que pueda brindar suficiente capital para seguir subsistiendo y las bandas del narcotráfico se convierten en una opción.

También pueden en un momento dado, decidir por salir del país para buscar nuevas oportunidades y brindar la seguridad necesaria a sus familias, a costa de abandonar sus tierras que, de nueva cuenta, quedan a mereced de bandas criminales, que por supuesto procurarán obtener el mayor beneficio.

Esto sin duda, acarrea que las condiciones se presten para que estos grupos puedan acceder continuamente a nuevas tierras de cultivo sin apenas realizar inversiones, volviéndose más fuertes y ágiles para proveer de sus productos a sus consumidores, los cuales tienen el dinero suficiente para abastecer su necesidad.

2. El trabajo

Tengo que reconocer que en este rubro se ha procurado antes que nada privilegiar los empleos a costa de las prestaciones, destruyendo sindicatos y promoviendo reformas a favor de empleos temporales y disminución de prestaciones sociales, asimismo, se procura que las empresas tengan mayores facilidades de contratación por honorarios, y esto conlleva a la pérdida de garantías colectivas e individuales.

Y a pesar de que estas acciones tienen como consecuencia directa el crecimiento de plazas, conlleva también la disminución en la calidad del mismo, este tema ya ha sido tomado en cuenta por la OCDE la cual ha calificado a México como el país que más diferencia tiene entre las horas trabajadas y la remuneración obtenida.

Este panorama, a pesar de lo que se difunda en los medios, en realidad no alienta la inversión, puesto que las familias al tener esta diferencia entre el trabajo y el ingreso, debe reducir necesariamente el consumo, esto provoca que la producción obtenida, no tenga la salida deseada, produciendo a su vez, que las empresas deban de reducir la plantilla productiva para equilibrar los factores que inciden entre su producción y las utilidades.

Esto sumado a que es más fácil para los empresarios contratar servicios externos que trabajadores internos produce una falta de identidad corporativa que provoca la disminución de la capacidad productiva de las personas al no sentirse parte de la cadena productiva de una empresa.

Todo esto tiene como consecuencia que las familias que no pueden hacerse con más recursos, y además deban de trabajar la mayor cantidad de miembros de la familia, esta se descuida y deja a los hijos de estos, a merced de las tentaciones y provocaciones que existen en todas partes, propiciando tanto el consumo de productos ilícitos como la idea de que la delincuencia es un camino más fácil para alcanzar sus objetivos.

En estos diez años se han destruido más sindicatos y se han perdido más empleos que en los últimos 20, aún contando con aquellos empleos que las medidas gubernamentales han recuperado, esto no me lo dicen las estadísticas, puedo ver a mi alrededor una enorme cantidad de personas honorables, que han perdido su empleo, y que en su afán de encontrar alguna forma de subsistir, encuentran empleos de baja calidad, que hace que deban de trabajar más, ganando menos, y además de tener que trabajar otro miembro de la familia, descuidando la misma, provocando que muchos niños queden a cargo de familiares o de guarderías que no proveen de los mismos cuidados que los padres.

Este conjunto de circunstancias hacen que muchas personas emigren para buscar oportunidades (otra vez), abandonando sus familias, y exponiendo a estos mexicanos a peligros mortales, arriesgándose a dejar a sus familias en la orfandad gracias a las acciones del gobierno (aunque me digan que las acciones del gobierno se encaminan a evitarlo).

3. Educación

No es ningún secreto que cada día, muchos jóvenes en edad escolar abandonan sus estudios con diferentes propósitos:

Hay jóvenes que dejan sus estudios para ayudar en los gastos de la casa, y aunque existen programas que tratan de reducir esta tendencia, lo cierto es que esta crece día a día.

Existen también jóvenes que abandonan sus estudios porque encuentran otra forma de ganar dinero, la delincuencia encuentra en la juventud, una verdadera mina de oro, porque se encuentra ante jóvenes que son capaces de cualquier cosa con tal de satisfacer su necesidad ya sea de droga o de dinero, tal vez la sociedad tiene mucho que ver con esta realidad, pues los jóvenes fácilmente manipulables, encuentran que las personas que están envueltas en estas organizaciones, puede acceder a una vida impensable para ellos. Tentándolos con estos recursos, se hacen con jóvenes, que en otra circunstancia, serían brillantes mentes, o personas de bien.

He tenido la pena de leer iniciativas de reforma educativa, que decantan por completo la educación pública, por considerarla fuente de potenciales delincuentes. Esta visión no sólo me parece lamentable, además me provoca un terrible sentimiento de que este gobierno criminaliza a quienes tienen menos oportunidades.

Debo de recordar que la mayor parte de las investigaciones y avances en nuestro país, han surgido de Universidades públicas, y criminalizarlas, sería en sí, un terrible equívoco.

Esta particular visión, he querido plantearla por este medio, ya que al sentir la fuerza de la realidad, no pude evitar sentir la necesidad de no cruzarme de brazos y de hacer algo por mi país. Sé que aunque pueda estar lejos de los objetivos de su gobierno, tengo que admitir que el quedarme callado sólo alienta a que las condiciones sigan igual, y aunque pueda ser una voz que predica en el desierto, quiero que sea una voz que no sólo critique, sino que además, pueda proponer opciones, pues es mi firme creencia, que la crítica no construye si no lleva consigo una propuesta.

Espero que la presente no sea tomada en cuenta como una carta más, pues fue escrita con el fin de hacer saber que la violencia sólo puede generar más violencia, por lo tanto, me despido exponiendo mis lemas principales.

- La violencia es el primer recurso del necio, el último del capaz y el impensable del sabio.

- La guerra no se gana luchando, sino aprendiendo.

- Lo que el sabio estima de audacia, el necio estima valentía.

- El sabio cambia de opinión, el capaz debe ser convencido, el necio nunca cambia.

Atentamente.

Arturo Rodea Victoria.