La indefinición de posturas al interior de los partidos políticos representados en las cámaras se puede fincar directamente en la legalidad de las decisiones de estado, pues aunque las preferencias partidistas resultan relevantes, también es de considerar la omisión hacia la capacidad del congreso para legislar en torno a un asunto que le compete al legislativo y no solamente al ejecutivo, el cual actuó de manera unilateral y dejando de lado incluso a sus correligionarios en el congreso, quienes al menos deberían de reconocer que el ejecutivo actuó de manera sesgada hacia un gremio que estaba presentando resultados positivos en condiciones por completo adversas, pues estaba cumpliendo con los convenios de productividad pactados que nadie pensaba que fuera posible, además de contar con limitaciones presupuestales severas que impedía que se pudiera invertir en infraestructura para disminuir la dependencia de energía de Comisión Federal y poder incrementar la oferta de energía en la zona centro del país, con muchos menos recursos que los que ha solicitado CFE para hacer lo mismo en el doble de tiempo que puede hacerlo LFC.
Al parecer el ejecutivo planea hacer algún negocio con los contratos que se generen en la inversión de infraestructura y conservar el negocio por algún tiempo más del necesario, y también no parece que quiera esclarecer nada en el congreso, tan solo una fiesta privada de inversiones no claras con gastos superfluos superiores que les permita mantener o acrecentar su de por sí acomodado estilo de vida.
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