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viernes, 18 de mayo de 2012

El reino de los cielos

El día de hoy quiero reflexionar acerca de algo que encontré en el evangelio según San Mateo capítulo 8 versículos 5 al 13:

Al entrar en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó
diciendo: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos.» Dícele Jesús: «Yo iré a curarle.»
Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano.
Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: "Vete", y va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi siervo: "Haz esto", y lo hace.»

Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande.
Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos, mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.»
Y dijo Jesús al centurión: «Anda; que te suceda como has creído.» Y en aquella hora sanó el criado.

En esta sección se relata la historia de Jesús cuando llega al pueblo de Cafarnaúm (Capaernaum), y se topa con un centurión, según los textos de los historiadores griegos como Plinio, un centurión Romano era aquel soldado que gracias a valor y el haber pasado duras pruebas de tácticas de guerra y de confianza, se gana el derecho de comandar una centuria de hombres, los cuales estarán bajo una jurisdicción propia.

los centuriones romanos eran los mejores soldados de aquella época, sustituyendo a los antiguos hoplitas, por lo tanto, adoraban a los dioses del olimpo, los cuales estaban bajo el mando del dios Júpiter.

Estos centuriones tenían usualmente una buena hacienda y varios criados a su servicio según pudiesen bajo la paga romana, y este centurión pide a Jesús que intervenga para sanar a uno de sus criados. Esta acción lleva implícita dos cosas: la primera es que al acudir a Jesús es que reconoce el poder que se ha revelado en él, y segunda, al pedir por su criado conlleva a que se trataba de un hombre que en verdad podía sentir compasión por los demás aún por sus criados, algo verdaderamente sorprendente para la gente de esa época.

Jesús inmediatamente se da cuenta de esto y se ofrece a sanar al criado, por lo que le indica que él irá a su casa. Este centurión al saberse adorador de los dioses romanos y conocedor de la dura religión Judía, le dice a Jesús que él no es digno de que alguien como él entrase a su casa, por lo que Jesús les dice a los presentes algo que en sí mismo bastaba para ser arrestado por la policía del templo; les dice que la gente de Israel no tiene la fe de este hombre y poner de ejemplo de fe a un gentil era un enorme insulto para el sanedrín.

Pero no se detuvo ahí, sino que adelantó que muchos que vienen de Oriente y Occidente se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob, que representa que personas de diferentes lugares, creencias y culturas serán partícipes de la promesa de Dios, cuando entre los mismos Judíos existirán personas no participarán en la promesa, sencillamente porque han creído en Jesús.

En esta historia me deja muy claro lo que Dios quiere de nosotros, porque nunca en los evangelios Jesús le pide que se convierta, que lo siga o que abandone su puesto de centurión, sencillamente le indica que se ha hecho tal como el ha creído.

es por eso que cuando las personas quieran convertir a otras a otra religión recordemos que Jesús lo que quiere cambiar es el corazón, que puede creer en muchas cosas, pero el tener un buen corazón no tiene religión ni nacionalidad.

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